Agradable sorpresa en la ONIDEX de Sta Bárbara de Barinas
Hace un rato regresamos, mi esposa, hija y yo, de la oficina de la ONIDEX de Santa Bárbara de Barinas. Estábamos entregando los recaudos para recibir nuestros muy esperados pasaportes "Andinos".
La Salida de San Cristóbal fue a las 5am, pues nos recomendaron que saliéramos a esa hora para "llegar temprano". Efectivamente, llegamos a las 7:20am a la oficina de Sta. Bárbara. La oficina estaba totalmente sola con la excepción de dos empleados que esperaban la llegada de los afortunados que logramos conseguir cita por la "superpágina" de la ONIDEX.
El proceso fue muy sencillo:
- Entregamos los papeles en su sobre de manila respectivo.
- Le compramos los timbres fiscales a un señor que estaba cómodamente sentado en la sala de espera de la oficina (sin recargos ni misterios).
- Luego de revisar con cuidado la planilla y todos los recaudos, la empleada nos invitó a esperar que nos llamaran para la "reseña".
- La reseña, igual de sencilla, fue simplemente dejar las huellas de nuestros dedos: pulgar e índice derechos en la planilla que habíamos impreso y firmado previamente.
El Inconveniente
Como siempre pasa, todo era demasiado bueno para ser cierto. Pasamos sin problemas mi esposa y yo, pero cuando le tocó el turno a mi hija de 2 años, resultó que no aparecía en "la lista" de la oficina. Le expliqué infructuosamente a la empleada que yo personalmente hice todo el proceso en la congestionada página de la ONIDEX, incluso antes que el de mi esposa y el mío, pero la respuesta fue tajante: "Esto es primera vez que pasa. Tienen que hablar con el jefe de la oficina".
Ya por mi cabeza pasaban los pensamientos de siempre:
- Cuánto nos irá a pedir?
- Será muy descarado pidiendo la plata?
- Qué porquería.... porqué esto siempre tiene qué ser así ?
Pues resultó que por primera vez en mucho tiempo, me equivoqué con un funcionario público.
Hablamos con el jefe de la oficina. Un muchacho de unos 28 años, oriental (no chino, del oriente de Venezuela). Ya antes de que él llegara, habíamos conversado con él a su celular, y fue sumamente amable con nosotros.
Nos hizo pasar a su oficina, que estaba tapizada quizás en un 50% con fotos y afiches de Chávez (eso tampoco me dió muy buena espina, a decir verdad).
El caso fue, que después de una espera como de unos 20 minutos en los cuales resolvió cualquier cantidad de casos y problemas a otras personas, todos con la misma amabilidad, una de las empleadas (que revisaba el que creo que es el único computador de la oficina) leyó el nombre de nuestra hija, y nos dijo que había encontrado el nombre en una lista distinta a la que ellos habían impreso.
Después de eso, el asunto fue trivial. Otra "reseña", es decir, mancharnos nuevamente los dedos y listo. Asunto terminado. Nuestros pasaportes supuestamente estarán listos en 15 días hábiles.
Definitivamente quiero felicitar a este jefe de oficina y a su personal por la excelente atención y preocupación con que atienden a quienes tenemos que realizar estos penosos procesos burocráticos en Venezuela.
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